El cambio climático, una cuestión global
Las cumbres mundiales de París, Marrakech y Bonn han establecido una agenda que debe implementarse superando las divergencias en cuanto a países desarrollados y emergentes, y respecto a la financiación
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático 2015 (COP21) celebrada en París supuso un paso sin retorno en el gran objetivo de alcanzar un acuerdo mundial para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Casi dos centenares de países -193- se adhirieron entonces al Acuerdo de París, que reflejaba el compromiso de mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2º C con respecto a los niveles preindustriales y proseguir los esfuerzos para limitar ese aumento de la temperatura a 1,5° C, además de aumentar la capacidad de adaptación a los efectos adversos del cambio climático y elevar las corrientes financieras a un nivel compatible con una trayectoria que conduzca a un desarrollo resiliente al clima. Un hito en la lucha contra el calentamiento global sin precedentes desde el Protocolo de Kioto, firmado en 1997 pero que no entró en vigor hasta 2005.
Tras la cita parisina, las cumbres de Marrakech y Bonn (COP22 y COP23) han servido para profundizar en las medidas concretas de un acuerdo que ha sobrevivido al cambio de rumbo de Estados Unidos tras la llegada de la Administración Trump al poder en 2017 por la determinación del resto de grandes líderes mundiales a mantener los compromisos firmados, especialmente en el caso de China, que es responsable actualmente de casi un 30 % de las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera. Ahora, y con la vista puesta en la COP 24 de Katowice (Polonia), el gran reto es implementar las medidas concretas y hacerlo teniendo en cuenta las velocidades y requisitos diferentes para países desarrollados y emergentes, uno de los principales escollos junto a la financiación.
Horizonte 2020
La cuestión no es baladí, ya que 2020 parece el horizonte más lejano para tomar medidas ante lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) califica de amenaza para la salud pública de primera magnitud. Así, en la última década del siglo XX, los desastres naturales relacionados con las condiciones meteorológicas produjeron aproximadamente 600.000 muertes en todo el mundo, el 95 % de ellas en países pobres.
En cifras
30 % Aumento de la concentración atmosférica de CO2 desde la Revolución Industrial.
40 % Porcentaje de la población mundial afectada por la escasez de agua.
95 % Porcentaje del total de fallecidos por desastres naturales que se producen en países pobres.
1,5 ºC Objetivo de aumento máximo de la temperatura media mundial.
La concentración atmosférica de dióxido de carbono, gas que atrapa más calor en las capas bajas de la atmósfera, ha aumentado en más de un 30 % desde los tiempos anteriores a la Revolución Industrial. Estudios recientes parecen asociar las temperaturas récord alcanzadas en el verano de 2003 en Europa Occidental con las 70.000 muertes más respecto al mismo periodo de años anteriores. Actualmente, aproximadamente 300 millones de personas padecen asma y se teme que el alza en la temperatura eleve el número de afectados por dicha enfermedad.
Asimismo, la subida del nivel del mar, otra consecuencia del calentamiento global, aumenta el riesgo de inundación de las costas y podría causar desplazamientos de población, y el aumento de la variabilidad de las precipitaciones puede poner en riesgo el suministro de agua dulce. La escasez de agua afecta ya a un 40 % de la población mundial, lo que obliga a las personas a transportarla desde lugares alejados y a almacenarla en sus casas, lo que puede aumentar el riesgo de contaminación del agua y de las consiguientes enfermedades, unas patologías sensibles al clima que se encuentran ya entre las principales causas de muerte. La diarrea, el paludismo y la malnutrición proteinocalórica produjeron más 3 millones de muertes en 2004 y se prevé que el aumento de la temperatura del planeta y de la variabilidad de las precipitaciones reduzca las cosechas en muchas regiones tropicales en desarrollo, donde la seguridad alimentaria ya es un problema.
Fuente: Diario Vasco
Publicado: 28 de abril de 2018