Sin embargo, desde Argentina, país exportador de trigo, ha surgido una propuesta para solucionar el problema de las sequías. La startup Bioceres ha desarrollado una planta de trigo genéticamente modificada que es capaz de soportar tales sequías y facilitar a los agricultores mayores rendimientos. Pero, aunque esto parecería solucionar el problema, hay una gran resistencia por potencializar el trigo OGM para consumo humano.

 

Más concretamente, si bien Argentina se ha venido posicionando en el mercado del trigo a nivel mundial, existe una preocupación generalizada por parte el gobierno y la industria agrícola que, a pesar de compartir el entusiasmo por convertir al país en líder en tecnología e innovación de semillas y granja, ven en la comercialización de trigo transgénico una jugada muy arriesgada pues existe la posibilidad de que los países compradores no acepten este tipo de producto; en países como Brasil es incluso ilegal.

 

La semilla creada por Bioceres, llamada HB4, será presentada ante autoridades brasileñas durante este mes y, de recibir la aprobación para comercializar el trigo OGM hacia el país vecino, se dará luz verde al uso de la semilla. No obstante, los productores estarían buscando expandirse a otros mercados.

 

Por lo pronto, no se ha logrado un consenso frente al tema y ya hay voces que alegan que no es suficiente con la aprobación por parte de Brasil. Por el contrario, afirman que es necesario crear un consorcio son otras naciones productoras que pueda garantizar el éxito de este tipo de exportaciones.

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